Hay días en que nos levantamos con algún dolor imprevisto o una gripe y ocasiones en que culaquier percance nos regala un hueso roto, un esguince o una luxación.
En esos momentos nos vienen a la cabeza los planes que se cancelan por culpa de una tontería y nos lamentamos pensando por qué nos ha tenido que tocar a nosotros.
Mientras no sucede algo así, es raro que alguien con una vida normal se pare a pensar en la suerte que tiene de poder llevar a cabo, dentro de algunas posibles limitaciones, cualquier actividad.
Pues imaginemos que, en lugar de un impedimento temporal, el percance sucedido nos quita para siempre la posibilidad de llevar esa vida normal, incluido el desarrollo de nuestra profesión habitual o de practicar el deporte que tanto nos gusta.
El equipo al completo fue víctima de un accidente de tráfico en él que murieron dos personas y otras dieciséis resultaron heridas, entre ellas la protagonista de nuestra historia, Natasa Kovacevic.
A causa del accidente sufrió la amputación de su pierna izquierda a la altura de la rodilla, lo que truncó su emergente carrera hacia el estrellato en el mundo del baloncesto.
Pero Natasa no se resignó y luchó por conseguir algo que parecía imposible, volver a la cancha, pero no en un equipo de discapacitados, que habría sido la salida más fácil.
Y hace unos días surgió la noticia de que la joven serbia había conseguido por fin su sueño. Con la ayuda económica de la Federación Francesa de Baloncesto y FIBA Europa, el mismo laboratorio que desarrolló las prótesis del atleta sudafricano Oscar Pistorius ha facilitado a Natasa una nueva pierna con la que continuar su carrera deportiva.
El resultado ha sido un éxito y la jugadora ha podido por fin disputar su primer partido con el Estrella Roja de Belgrado, en el que se desenvolvió con total normalidad.
Dejamos patente nuestra admiración hacia alguien con esa fuerza de voluntad y esperamos que la carrera deportiva de Natasa Kivacevic sea larga y exitosa.
RTVE 12-11-2015
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